La terapia miofascial es una técnica de fisioterapia que se utiliza para valorar, localizar y tratar restricciones en el sistema fascial.
La fascia es un tejido conectivo fibroso, formado principalmente por colágeno, que envuelve todas las estructuras de nuestro cuerpo. El sistema fascial es una red tridimensional ininterrumpida que envuelve músculos, huesos y articulaciones protegiendo y manteniendo el cuerpo unido, dándole la forma que tenemos. Además de envolver el aparato locomotor, está presente en el resto del cuerpo (sistema respiratorio, digestivo, nervioso…). Podemos diferenciar una fascia superficial (adherida a la piel) y otra profunda (musculatura profunda, nervios, vísceras, huesos…) 
Entre los beneficios de la terapia miofascial podemos destacar el incremento del riego sanguíneo, acelerando los procesos de cicatrización y curación, la eliminación de síntomas dolorosos y la recuperación de la función del aparato locomotor. Resulta muy exitosa en el tratamiento de:
- Malos hábitos posturales (en el trabajo, en la realización de ejercicio físico…) que cursen o no con dolor: lumbalgias, dorsalgias, cervicalgias, cefaleas tensionales, escoliosis…
- Lesiones del aparato locomotor: Esguinces, fascitis plantar, hombro doloroso, tendinopatías
- Alteraciones derivadas del sedentarismo e inmovilización prolongada (hospitalización, encamamiento, escayolas…)
- Traumatismos: Caídas, goles, accidentes de tráfico…
- Cicatrices y tratamientos post-quirúrgicos,
- Enfermedades reumáticas: artritis, fibromialgia, síndrome de fatiga crónica…
- Dolores menstruales, manejo del estrés, bruxismo y otras alteraciones de la ATM, alteraciones del sueño…