El síndrome de dolor miofascial (SDM) es una de las causas más comunes de dolor musculoesquelético que se mantiene a lo largo del tiempo. El dolor se desencadena en relación a bandas tensas que se encuentran en las fibras musculares. Sobre estas bandas suelen encontrarse Puntos Gatillo Miofasciales (PGM), es decir, nódulos dolorosos, sensibles e hiperirritables que producen dolor local o generalmente irradiado, al ser presionados o imprimir movimiento al músculo.
El SDM se caracteriza por presentar rigidez muscular y limitación de la movilidad, así como debilidad muscular, pudiendo llegar incluso a la impotencia funcional. También suele presentar alteraciones de la sensibilidad en relación al movimiento. El diagnóstico de esta patología es puramente clínico.
Las causas de esta patología parecen estar relacionadas con factores biomecánicos de sobrecarga o sobreutilización muscular, o microtraumatismos repetitivos. También existen factores precipitantes como las malas posturas prolongadas, el sueño no reparador o el estrés. En ocasiones, el SDM aparece en relación o acompañando a otras patologías.
El tratamiento va dirigido a reducir la sintomatología y desactivar ese punto gatillo, así como a restaurar la elongación normal del músculo, la postura y recuperar la totalidad del rango articular. También es de vital importancia la educación del paciente a la hora de evitar posturas dañinas y realizar estiramientos tras pasar mucho tiempo en una postura similar.
En el tratamiento fisioterápico de los PGM, diferentes investigaciones han demostrado que la combinación entre técnicas invasivas, como la punción seca, y terapia manual, resultan eficaces a la hora de reducir el dolor y la rigidez, y mejorar la funcionalidad a corto-medio plazo.
